Tenía 22 años cuando decidí embarcarme en esta aventura. Ya llevaba 3 añitos dando clases y había encontrado mi verdadera vocación.
El motivo por el que me animé a ponerme a la búsqueda de un local donde impartir mis clases no fue otro que no tener que trasladarme, de un centro a otro, aproximadamente 4 veces cada tarde. Y lo encontré.
Cuando entré en el local supe que eso era lo que yo quería.
Se me escapaba del presupuesto pero, gracias al apoyo de mi madre, tuve el valor de pedirle ayuda al dueño, para poder afrontar los pagos, y él accedió.
Me parecía el proyecto más grande del mundo y no tenía ni la menor idea de lo que el paso del tiempo me depararía.
Con esfuerzo y la incondicional ayuda de mi familia convertimos la antigua pizzería en una Academia de Danza acogedora y familiar.
Ahí empezó todo.
Ainhoa.
Parece que fue ayer el colocón con disolvente y la escalera… que pasada lo que era y lo que es!!!!
Por muchos años sister!
Gracias Ido. Y que tú lo veas. Muxus.
No puede haber un sitio mas magico y que cambie tanto la vida de las personas como esa academia y tu Ainubi.
Larga vida a la academia, a la buena danza, al compañerismo y a el… YO PUEDO!